Cuando no hay nada interesante que fotografiar, cualquier cosa puede convertirse en un motivo que, al menos, nos permita regresar a casa con algo; por eso de disimular. En este caso, un tallo marchito, con la Torre de Hércules al fondo, permite, aprovechando la puesta de sol, “sacar un poco de petroleo”. Un flash de mano me sirvió, como elemento necesario, para llevar la luz hasta donde quería, tanto la de la puesta de sol como la del motivo principal. Quizá, viéndola ahora, hubiese corregido un poco la posición del flash. Pero esto es lo que traje y es lo que os muestro.
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