El Queen Elizabeth


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Con bastante frecuencia nos visitan barcos de pasajeros. No cabe duda de que la estampa que dibujan tanto durante su estancia atacados en el muelle, como durante los tránsitos de entrada y salida, son espectaculares; sobre todo si la magnitud del vehículo es considerable como sucede con el Queen Elizabeth.

Ahora bien, no navegan en un charco. Hablamos de un océano en una zona donde las olas adquieren en ocasiones dimensiones considerables.

Aquí lo vemos transitando por delante de Punta Herminia, un día de temporal. Lugar, por cierto, donde un infausto petrolero la lío parda hace algunos años, el Mar Egeo; es que esto no es un mar.

La Luz del Tiempo.

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