Parecía que con tanto temporal y tanta ola, nos habíamos olvidado del cocido. Lo cierto es que no. Se agradece un cocido con mal tiempo, induce al recogimiento, a las eternas sobremesas -que yo llevo mal- y a la satisfacción por las fotos de las olas bien realizadas.
En fin, un año más, es tiempo de cocido, en sus múltiples variantes. Yo prefiero los grelos al repollo, el lacón a la ternera o al pollo, sin dejar de lado el chorizo, los garbanzos y el pan de leña. Y vino, tinto. Uno de la tierra. Y si no hay de esta, de cualquier otra, pero bueno; afortunadamente en España tenemos muchos y muy buenos vinos en distintas denominaciones de origen. Y antes, el consomé con el agua de los grelos y los chorizos, que lejos de las sopas cargadas de pasta en las que las cucharas se aguantan de pie por sí mismas, es ligero y sabroso. Eso sí, en cunca. Si es de barro mejor.
Dejo el postre para otro momento porque requiere dedicación al margen.
Sobre las fotos.
Todas están realizadas con un flash en una ventana pequeña. Un 105 mm Macro f/8 y 1/250. Con esta exposición no existe rastro de luz ambiental en la escena.
La Luz del Tiempo.
Ligerito, lo que se dice ligerito, no parece ese cocido. Eso sí, apetecible, muchísimo.
Vivan las lorzas. 😉
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Después a nadar 1 Hora Para compensar.
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Maravillosas imágenes las que nos dejas en esta entrada, como es habitual; la primera, esa de la carne es fantástica, con todo ese lujo de detalles aunque no lo es menos la de los garbanzos.
De muy buena gana compartía uno de esos cocidos contigo y coincido también en que soy más de grelos.
Enhorabuena amigo mío, y buen provecho.
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Gracia Ger. Ya Sabes que cuando quieras; por mí encantado. Las fotos todo Photoshop; ya sabes je je
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